El rechazo cosechó el voto transversal de todas las bancadas contra el decreto pese a las presiones que ejerció la Casa Rosada. Es la primera vez que el Parlamento voltea el DNU de un Presidente desde la reforma constitucional de 1994. Los constitucionalistas Gil Domínguez y Arballo coinciden en que el Gobierno deberá rendir cuentas de los gastos ya realizados.